jueves, 23 de enero de 2014

ESFUERZO Y ÉXITO

En este artículo, en la línea de lo escrito en el de titulado SENSACIONES, quiero relacionar o establecer un paralelismo entre el aprendizaje en el colegio y la práctica deportiva.

Dicen que el esfuerzo lleva al éxito. Estoy de acuerdo aunque yo aportaría algunos matices y, para ello, vamos a ejemplificarlo con el entrenamiento de un deportista (no necesariamente de élite).

Primero dar mi concepción de ÉXITO, que sería todo aquel progreso tomando como referencias mis posibilidades (incluimos, por tanto, lo relacionado con mayor o menor  talento). No puedo ganar Roland Garros pero con esfuerzo (y teniendo en cuenta mis posibilidades) puedo llegar a ganar el torneo de mi provincia, de mi club, a mi amigo que siempre me ganaba…etc. A partir de ahí voy subiendo a niveles posteriores, nuevos objetivos. No está dentro de mis posibilidades la matrícula de honor pero sí tener la ESO, un Ciclo formativo, una diplomatura, una licenciatura…
 
 
Todo ello con ESFUERZO (como perseverancia para conseguir algo dentro de mis posibilidades) pero bien encauzado, con sentido. Soy corredor de fondo y me esfuerzo por ser mejor, pero mi esfuerzo está encaminado a desarrollar unos brazos musculados, con fuerza, de gran potencia…  dedicando horas y horas. Este ejemplo es exagerado pero sirve como para indicar cómo todo esfuerzo no tiene por qué llevar al éxito. Me puedo frustrar pensando que a pesar de mi esfuerzo no consigo ni siquiera correr veinte minutos seguidos.
 
 
Vamos a llevarlo al ámbito escolar. Estudio todos los días, hago la tarea, me “encierro” en mi habitación… pero no consigo aprender (¡ojo!, “aprender”, que es el objetivo y no “aprobar”. Como ya publiqué en “Enseñar a aprender, enseñar a estudiar…”). Tengo buena actitud, me esfuerzo pero no hay éxito. Tendríamos que optimizar el esfuerzo: saber cómo, cuándo y en qué debo esforzarme.

 
Por tanto, el ESFUERZO debe ser INTELIGENTE (hacer lo correcto utilizando estrategias que faciliten en el colegio, estudiar para aprender y no para repetir lo que pone en el libro, preguntar, buscar, investigar…). Todo ello con ayuda del maestro para que el alumno sepa cómo, cuándo y en qué dedicar su esfuerzo. Volviendo al ámbito deportivo diríamos que el esfuerzo debe seguir las pautas del entrenador, tener un sentido, planificado según deporte y objetivos…etc.
 
 
Con un ESFUERZO INTELIGENTE sí se llegaría a la recompensa, al ÉXITO (alcanzar lo que quiero ser a partir de pequeñas metas y lograr avanzar de acuerdo a mis aptitudes y posibilidades).